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Enredos

lunes, enero 31, 2005

Cambios

Una vez hablé de los cambios. Los vientos de cambio creí que vendrían y traerían consigo un par cosas nuevas, o bien se llevarían consigo algunas cosas pasadas. Todavía nada ha sucedido (de lo que yo esperaba), de una importancia mayor. Todo sigue igual. Siento y pienso lo mismo a cada instante.

Dicen que los cambios comienzan en uno mismo. No se si será cierto, pero vale la pena intentarlo. Para comenzar, un nuevo template para el blog, espero que les guste.

Este blog va a estar en construcción por un tiempo prolongado debido a épocas de exámenes. El about-blog se habilitará en un futuro cercano para que puedan opinar directamente sobre mi y saber lo que siento a cada momento. Y hay un par de novedades que quizás incorpore más adelante, pero son sorpresa. :P

Saludos. Paul.

jueves, enero 27, 2005

Atrapado

Se disponía a salir. Tomó sus llaves y se dirigió hacia la puerta. Dio vuelta la correcta en la cerradura y tiró del picaporte. Nada. Siguió girando y tirando sin éxito. Maldijo en voz baja. Intentó usar la fuerza pero nada consiguió.

Enseguida tomó el teléfono para llamar a un cerrajero, sino llegaría tarde. Espera el tono para llamar y ni señales de él. Acciona reiteradamente el interruptor pero no consigue que vuelva el sonido habilitante. Revisa los cables, los mueve, nada. Se dirige a su otro teléfono con igual resultado. El teléfono móvil, se acuerda: corre hacia él y marca el número. Se da cuenta que se ha quedado sin baterías el aparato.

En ese momento: click. Se corta la energía eléctrica en la casa. En la penumbra intenta abrir las persianas tirando de la cinta, y al hacer fuerza, ésta se corta cayendo pesadamente sobre su mano. Furioso, intenta levantar la persiana con sus manos, pero es demasiado pesada. El calor se acumula en el interior, la desesperación aumenta.

Corre rápidamente al baño y asoma su cabeza por el pequeño ventiluz. Intenta gritar por ayuda, pero la abertura da hacia un baldío. Golpea la puerta nuevamente, triste, frustrado por no poder hacer nada, y se deja caer frente a ella vencido. Piensa. El aire se le termina. Transpira, se lo nota cansado. Se arrastra pesadamente hacia la mesa, toma un lápiz y un papel, y se dirige al baño. Se sienta en el inodoro y comienza a escribir. ¿Qué es lo que está escribiendo?

Quizás su testamento. Quizás una carta para la mujer que ama. Quizás un post como este.

domingo, enero 23, 2005

Excusas

Hacer un post confieso que me lleva tiempo. Sé que a muchos autores de este mundo B se les hace fácil, se sientan un día, eligen un tema y escriben lo que piensan, lo que sienten, crean algo incluso cuando la imaginación les da y cosas así.

De alguna manera yo también lo hago, pero no me resulta fácil. Esta vez había agarrado mi bloc de notas preferido, había elegido un tema con cuidado, y me dispuse a elaborar un relato fantástico como cualquier otro que pueden leer acá. De esos relatos que tienen mucho de fantasía, y mucho de mi también.
El texto fluyó de mis dedos con soltura, parecía que sabía lo que estaba escribiendo, aunque en realidad lo que escribía nunca había tenido una elaboración previa. Le di forma al relato, incluí los items que deseaba que aparezcan, le di profundidad al tema, propuse al lector ese ejercicio de encontrar que es lo que pienso o cómo me siento al escribirlo, añadí un buen final, y quedó listo para ser publicado.

Seleccioné todo, Copy.
Abrí mi programa posteador preferido y... PANTALLA AZUL

Los insultos a mi mismo por no grabar el texto invadieron mi mente. Nada pude hacer más que reiniciar y escribir esta excusa de post. Los post más perfectos son aquellos que nunca serán publicados, ¿no era así la frase?

miércoles, enero 19, 2005

Ni los molinos me detienen

Aquellos que allí ves, respondió su amo, de los brazos largos, que los suelen tener algunos de casi dos leguas. Mire vuestra merced, respondió Sancho, que aquellos que allí se parecen no son gigantes, sino molinos de viento, y lo que en ellos parecen brazos son las aspas, que volteadas del viento hacen andar la piedra del molino. Bien parece, respondió Don Quijote, que no estás cursado en esto de las aventuras; ellos son gigantes, y si tienes miedo quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla.

Y diciendo esto, dio de espuelas a su caballo Rocinante, sin atender a las voces que su escudero Sancho le daba, advirtiéndole que sin duda alguna eran molinos de viento, y no gigantes aquellos que iba a acometer. Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas: non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete. Levantóse en esto un poco de viento y las grandes aspas comenzaron a moverse, lo cual visto por Don Quijote, dijo: pues aunque mováis más brazos que los del gigante Briareo, me lo habéis de pagar.

Y en diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a su señora Dulcinea, pidiéndole que en tal trance le socorriese, bien cubierto de su rodela, con la lanza en ristre, arremetió a todo el galope de Rocinante, y embistió con el primer molino que estaba delante ...

400 años de Don Quijote, tras su Dulcinea del Toboso.

viernes, enero 14, 2005

Sigue tu Luz

El niño se recostó en el pasto, mirando hacia arriba. La noche estaba despejada, el firmamento lucía su tradicional traje de lentejuelas.

Observó con detenimiento cada uno de los objetos brillantes ante sus ojos. Sus ojos de niño no le impidieron darse cuenta que eran diferentes entre sí. Algunas eran más grandes, otras más chicas, unas más brillantes y otras menos. Las había gordas, petisas, estiradas, redondas, perfectas, opacas, de otros colores. Pero había una que, según él, era distinta a todas. La identificó entre las otras y le puso un nombre: Luz.

El niño volvía cada noche para ver a su Luz. Había días en que estaba nublado y no podía verla. Se ponía muy triste por ese hecho y pasaba muchas horas esperando que el viento le de una mano para poder ver a su Luz. Otros días, las obligaciones lo hacían quedarse dentro de casa, pero siempre encontraba la forma de escapar para ir a verla, a pesar de todo. El niño tuvo que viajar, pero por suerte su Luz podía ser vista desde cualquier lugar. No importaba donde estuviera, o de cuantas otras estuviera rodeada, él siempre lograba encontrarla.

Una noche su Luz se movió. Surcó el cielo con rapidez ante los atónitos ojos del joven y desapareció en el horizonte. Pidió un deseo, como es tradición y se quedó esperando. Luz no volvió esa noche. Ni la siguiente. Sin embargo él asistió sin falta todas las noches a su jardín en espera del retorno.


Los años pasaron.
El joven se disponía para salir esa noche. Subió a su auto y condujo por el camino principal unos kilómetros. De pronto giró bruscamente a su derecha y estacionó su vehículo. Bajó, y se acostó en el pasto mirando hacia arriba. Alguien se acercó y se detuvo junto a él.
- Hola. Como estás? - dijo ella.
- Bien. Te estuve esperando.
- Gracias, estoy lista.
Él miró sus ojos brillantes como luceros y sonrió. Partió junto a ella conforme, con su deseo hecho realidad.

domingo, enero 09, 2005

Volver

Un lugar donde el tiempo parece haberse detenido. Un viejo lugar con pinceladas de modernidad. Una barraca llena de productos fraccionados. El kiosco de siempre ahora con cabinas telefónicas. Un cybercafé cada tres cuadras. Y el viento, tu único compañero en las tardes de esta ciudad.

Un vecino me saluda sin conocerme. La madre reta a su niña por malgastar el agua con sus pequeños baldes. Un nuevo grupo de pinos -estilo ciprés, delgados, altos- se impone a ambos lados del camino. Las acacias silvestres me saludan a mi paso con sus ramas pobladas de hojas verdes. El hornero regresa a su hogar sobre aquel poste de alumbrado, con algunas ramas para cubrir el hoyo que provocó la tormenta en su casita. El viejo sentado en su silla antigua, espera distraer su vista con algún que otro caminante solitario...

El indicador del cargador de mis pilas ya me indica que estoy repuesto.
Listo para empezar un nuevo año. Listo para muchos cambios.
Estoy listo para volver.

lunes, enero 03, 2005

Vida salvaje

El joven se interna en la espesura. Hace varios minutos ya que la huella del camino se ha terminado y solo queda atravesar poco a poco lo desconocido. La vegetación salvaje no tiene piedad de los ignorantes que osan adentrarse en ella. Responde con espinas, ramas peligrosas, bordes cortantes, sustancias irritantes.

Las primeras heridas aparecen en la piel del sujeto. No les da mayor importancia.
Luego la fauna. Insectos de todo tipo, ávidos de sangre humana. Criaturas furiosas que defienden su territorio de los intrusos. Animales ponzoñosos, con litros de veneno para suministrar a sus huéspedes.

El hombre trastabilla. Un hilo de sangre cae por su frente. El proseguir se le dificulta. Pero toma fuerzas de su interior y se levanta.
El terreno no da tregua, sectores lodosos que lo hacen detener, enormes piedras en su camino que debe sortear, zonas resbalosas, irregulares, pero por sobre todo desconocidas.

El joven se arriesga, salta los obstáculos, resbala y cae mal lastimandose por dentro. Esta vez ha sido un duro golpe y permanece en el suelo con la mirada perdida hacia el horizonte. Mira atrás, se da cuenta que ha recorrido mucho camino como para retroceder. Abandonar en este momento sería lo mejor, le dicen, por su seguridad.

Se levanta, muy despacio. Se da cuenta que aún puede caminar. No lo alienta mucho saber que debe continuar su camino herido y sin saber siquiera en qué dirección se encuentra su destino. Pero bueno, ¿qué pierde? piensa.

Y sigue...

Tooodo el contenido de este blog, durante todo este tiempo, fue, es y será propiedad de Paul. Si querés robarte algo por favor, poné una referencia a este humilde autor.
CopyLeft 2005. Enredos. Todos los post tienen doble sentido, solo que muy pocos lectores son capaces de encontrar el segundo.